Aunque casi nadie tenía el dinero para pagar un boleto para el Concorde, ha sido uno de los aviones míticos en la historia aeronáutica. Gracias a una propulsión supersónica, podía acortar a la mitad el tiempo de vuelo. Podías viajar del Viejo al Nuevo mundo en tan sólo tres horas y media.
El Concorde podía duplicar la velocidad del sonido, lo que hacía que fuera rapidísimo, su velocidad máxima era de 2,179 km/h (la velocidad del sonido es 1,235,5 km/h), pero en su evolución tecnológica encontró su propia zanja.
En 1969 comenzó esta inventiva conjunta, ya que los fabricantes aéreos estatales de Reino Unido (British Aircraft Corporation) y Francia (Aérospatiale) fueron los que idearon este avión revolucionario. Justo fue en los tiempos de la guerra tecnológica entre Estados Unidos y Rusia.
Pero fue hasta 1977 que el Concorde ejecutó su primer vuelo directo entre Londres y Nueva York, y desde ahí estuvo en circulación hasta un desastroso accidente en el 2000.
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Aun así, no fue este accidente lo que hizo que el Concorde no pudiera volar más. Sino fue su misma propuesta innovadora, ya que para la época era carísimo sostenerlo, ya que lo que más gastaba era en el combustible, cuatro veces más que el resto de aeroplanos, así como los materiales necesarios para que no se sobrecalentara la aeronave.
Su baño de pintura blanca era dos veces más reflectante de lo habitual y ello permitiría rebajar las altas temperaturas por el rozamiento del aire a la velocidad supersónica. Tenía en su parte delantera una especie de pico que se vio en la necesidad de rebajarse para permitir la visión de los pilotos.
Lo que conllevó a que sus boletos fueran carísimos, sólo podía transportar a 144 pasajeros, por lo que los tickets de ida y vuelta alcanzaba los 10,000 dólares en la época, en consecuencia sólo eran costeables para celebridades, como Mick Jagger y Elton John, la actriz Elizabeth Taylor y el actor Sean Connery. La reina de Inglaterra Isabel II y el duque Felipe de Edimburgo.
Además que sólo podía mantener pocas rutas, por la contaminación de sonido que provocaba el estallido sónico al acelerar. En las más de dos décadas que voló comercialmente, sólo llegó a tener 2.5 millones de pasajeros y realizar 5,000 vuelos.
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En el 2000 ocurrió el accidente que tomó la vida de 100 pasajeros, nueve tripulantes y cuatro personas en tierra, a pesar de que había tenido la fama de ser el avión más seguro del mundo. Pero fue hasta 2003 cuando el Concorde dejó de volar oficialmente, después de este accidente, el aumento del mantenimiento y la caída de los viajes de avión por los atentados del 11 de septiembre de 2001, simplemente era incosteable tener esta aerolínea.
Aunque el Concorde ya no volverá a volar, el futuro de los aviones supersónicos no es tan oscuro, ya que el i Blake Scholl está trabajando en su propia línea aeroespacial, Boom, la cual está centrada en este tipo de aviones, con su mayor adelanto tecnológico, el Overture.
Este avión viajará a una velocidad de Mach 2.2, es decir, 2,716.56 km/h, y gracias las nuevas tecnologías, el costo de los vuelos es equiparable al de un boleto business, pero haciendo la mitad de tiempo. Pero no sólo eso, sino que promete que no producirá una considerable huella de carbono gracias a la tecnología de Prometheus que captura el CO2 del aire y lo transforma en propelente líquido.
Además que reducirá el impacto en la contaminación auditiva, lo que permitirá que pueda viajar por espacios habitados. Así pues, es posible que este 2020 veamos los primeros prototipos volando.
FOTO: Arpingstone [Public domain]