Tal y como Jack Torrance (Jack Nicholson) golpeó hasta el desquicio la puerta, mientras su esposa Wendy (Shelley Duvall), gritaba aterrada, fue hace cuarenta años que The Shining (1980) de Stanley Kubrick fue estrenada en la pantalla grande para recibir una serie de jitomatazos a modo de abucheos.
Así es, lo que hoy en día reconocemos como un clásico del cine, en su momento se le consideró como una chatarra a punto de caducar. Un poco antes, Kubrick ya había recibido malas críticas, por no decir hirientes, sobre su película Barry Lyndon (1975). Y aunque esperaba que el panorama cambiara con The Shining, parece que el público seguía bastante exquisito.
Tachada de "elaboradamente ineficaz", “aburrida” y hasta nominado como peor director y actriz, en la primera edición de los Premios Razzie, The Shinning dio un giro inesperado en el mundo cinematográfico, para ser considerado actualmente un clásico imperdible del cine, pero, ¿cómo sucedió ese salto?
Algo que se le aplaude a este clásico, del largo catálogo de éxitos de Kubrick, es el excesivo cuidado con el que fueron elaborados los encuadres de cada escena. Además, por supuesto, de las grandes actuaciones del cast. Entre el resultado del guion y la idea original, tomada de la novela de Stephen King (1977), hubo una brecha significativa entre lo trama original y la cosecha del mismo Kubrick.
Lo que disgustó al autor de la idea original fue que la historia en sí misma retrata una alegoría personal de sus propios problemas con la bebida, incluso esto podemos terminar de aterrizarlo en la secuela que se lanzó como novela en 2013, llamada Doctor Sleep. Misma que también tuvo su versión cinematográfica, pero de esa no hablaremos hoy. Sin duda, la trama se despegó lo suficiente a la idea de King, para cumplir los caprichos de Kubrick y hacer con un tinte más frío y racional.
A pesar de la mala recepción que al inicio tuvo esta cinta, una extraña mitología entre la visión del mundo underground y el foco del mundo alternativo, comenzó a envolver a The Shining, para convertirla en una cinta legendaria, a la par que a su director, por supuesto. Ha llegado a tal nivel, que existe un documental completo llamado Room 237 en el que se indaga sobre los significados ocultos que alberga la película.
Sin más vueltas, esta película ha demostrado ser el anzuelo de un género poco explorado para entonces, en el que hoy en día se siguen basando distintos thrillers y cineastas para contar nuevas historias.