Había una vez un planeta en el que entre violentas tormentas, días de calma y grandes explosiones, la vida suscitó. De manera microscópica, la vida surgió, para transmutar a unos enormes seres a los que una roca gigante y alienígena aniquiló casi por completo. Pasaron muchos, miles y miles de años, para que la vida volviera a transmutar en una especie dominante, una a la que hoy reconocemos como especie humana. 

Había una vez en la que el planeta era apenas gobernado por seres humanos, y casi sin saberlo, de repente hemos llegado a la cifra de ser 8 mil millones de personas habitando este planeta. Cifra récord que devela una cantidad de noticias, y lamentablemente no muy buenas, pero también se ha visto como un motivo para celebrar a la vida misma y sus adversidades.

Es la primera vez en nuestra historia como humanidad que nuestro planeta alberga por primera vez la cifra de 8 mil millones de personas, y aunque aún estamos lejos del pico de población, las advertencias, sobre el cambio climático, suben de nivel. 

En la madrugada del 15 de noviembre se cumplió una de las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien el pasado 11 de julio determinó que la población mundial estaría llegando arriba de los 8 mil millones de personas. 

Damián fue el habitante número 8 mil millón en nacer en este planeta y lo hizo en República Dominicana, quien con 2.77 kilos y 52 centímetro ha pasado a la historia como el ser humano que alcanzó la cifra nunca antes alcanzada en el planeta. 

“Este año, el Día Mundial de la Población marca un hito, en que la Tierra acogerá, por primera vez, ocho mil millones de personas. Esta es una ocasión para celebrar nuestra diversidad, reconocer nuestra humanidad común y maravillarnos de los avances en salud que han prolongado la esperanza de vida y reducido drásticamente las tasas de mortalidad materna e infantil”, dijo António Guterres, político y diplomático portugués y Secretario General de la ONU, el pasado 11 de julio. 

Antes de replantearnos el escenario y la crisis climática en la que vivimos, también es verdad que esta cifra engloba un escenario y panorama bastante nítido. Sobre todo, si pensamos en lo que pasaba anteriormente, estamos hablando de que hemos superado como civilización la tasa de mortalidad, esto, como bien apunta Guterres, debido a la tecnología, ciencia y más avances que la misma humanidad ha alcanzado. 

Además, la ONU celebra esto ya que desde 1950 no había disminuido tan radicalmente el ritmo de crecimiento de población anual. Asimismo, la ONU apunta a que la fecundidad ha disminuido en el mundo, y en dos tercios del planeta hay apenas 2.1 nacimientos por mujer. Se trata de una cifra que apunta a un crecimiento nulo o a largo plazo en poblaciones con mortalidad baja. 

A propósito de este día, uno que pasará a la historia de nuestra especie, el Secretario General de la ONU escribió un artículo en el que ofreció una serie de reflexiones sobre el estado en el que nos encontramos actualmente y la crisis por la que atravesamos. 

En estas reflexiones encontramos un punto agridulce en el que celebrar la vida siempre será motivo de dicha y goce, pero sin dejar de un lado los peligros que esta misma corre. Desde un contexto social, económico, político y hasta  geográfico, la vida sigue aferrándose a la vida misma, pero con adversidades que cada vez nos colocan en escenarios que nos ponen a pensar, por no decir temblar, en tanto a las posibilidades de materializar alguna trama de ciencia ficción distópica. 

Más allá de los fatalismos, es verdad que la población mundial ha llegado a un nivel nunca antes visto, pero todavía no llega a su pico, el cual sucederá en 2080, de acuerdo con la ONU. Mientras tanto, esta nueva cifra puede representar también una buena noticia. 

El Secretario General de la ONU mencionó que esto también podría representar enormes oportunidades, “con unas inversiones relativamente pequeñas en atención de salud, educación, igualdad de género y desarrollo económico sostenible podría crearse un círculo virtuoso de desarrollo y crecimiento capaz de transformar las economías y las vidas”.

“En unas pocas décadas, los países que ahora son más pobres podrían pasar a impulsar un crecimiento y prosperidad sostenibles y ecológicos en regiones enteras”, agregó. 

En conmemoración a este día y esta cifra, celebramos a la humanidad y sus alcances con las siguientes películas que retratan la conciencia ambiental y fraternal entre nuestra especie para su preservación y la del entorno. 

Nausicaä del Valle del Viento, de Hayao Miyazaki

“Lejos en el futuro, después de que un conflicto apocalíptico haya devastado gran parte del ecosistema del mundo, los pocos humanos supervivientes viven en entornos semi-hospitalarios dispersos dentro de lo que se ha convertido en una "jungla tóxica". La joven Nausicaä vive en el árido Valle del Viento y puede comunicarse con los enormes insectos que pueblan la peligrosa jungla. Bajo la guía del pensativo guerrero veterano, Lord Yupa, Nausicaä trabaja para devolver la paz al planeta devastado”. 

Okja, de Bong Joon-ho

“Durante diez idílicos años, la pequeña Mija (An Seo Hyun) ha sido la cuidadora y compañera de Okja, un gigantesco cerdo, en su granja de la montaña, en Corea del Sur. Pero todo cambiará cuando la gran multinacional familiar Mirando Corporation se intente llevar a Okja a Nueva York, donde la narcisista y egocéntrica Lucy Mirando (Tilda Swinton) tiene otros planes para la mejor amiga de Mija. Ojo, no es la típica película ecológica infantil. El mensaje es duro y rotundo, e invita a reflexionar sobre el maltrato animal en la industria alimentari”. 

Bestias del Sur salvaje, de Benh Zeitlin

“En el sur del planeta, el nivel de las aguas está subiendo vertiginosamente y todos los diques se hunden. Al mismo tiempo, los animales salvajes vuelven de sus tumbas. Esta es la historia de una niña de seis años que vive con su padre en un lugar aislado del mundo. Debut del director Benh Zeitlin en 2012, que sorprendió a todo el mundo y estuvo presente en los principales premios. Muy poética y simbólica”.