Aunque en este momento ya existen muchos tutoriales en línea a los que se puede recurrir para conocer los hacks del maquillaje profesional, es cierto que aunque es una herramienta cotidiana, muchas personas lo aprenden empíricamente. Así que los errores están a la orden del día. Veamos cuáles son los más comunes.
Utilizar maquillaje que no es de tu tono. Este es uno de los errores más comunes, ya que pocas personas se toman el tiempo de encontrar la base más parecida a su piel, pero esto es imprescindible si queremos que el maquillaje se vea natural.
Un tip es probar la base en tu cuello, no en la muñeca, así podrás tener más certeza sobre el tono de tu piel. Además, no olvidar aplicarla en el cuello y en las orejas, así ya no se ve como una máscara.
Dentro de este punto entra el corrector, el cual siempre se debe utilizar después de la base. El color debe ser dos tonos más bajo que el tono de tu base y no olvides utilizar poco, así como difuminarlo con una esponja con toquecitos.
No preparar la piel antes del maquillaje. Uno de los descuidos más comunes es no cuidar la dermis previamente a la aplicación del maquillaje, lo que provoca que éste no quede uniforme sobre la piel y se apelmace en la líneas de expresión, arrugas y poros.
Es indispensable limpiar, hidratar y proteger la piel correctamente según las necesidades de cada persona.
Las cejas. Ellas son las grandes olvidadas del rostro cuando nos maquillamos, a pesar de que son superexpresivas, y un error que es recurrente es quitarles esa virtud al maquillarlas de forma rígida, casi cuadrada.
Recuerda maquillarlas suavemente con una brocha, busca alargarlas, pero sin excederte en el producto. Así parecerán naturales.
Labios. Siempre es mejor prescindir de darles contorno con un lápiz y sólo utilizar el labial, ya que utilizarlo hace que nos agreguemos años. Si quieres hacerlo, busca un lápiz del color de tus labios, aplica poco producto y difumínalo con el dedo hacia el centro, esto le dará volumen.
Brochas en vez de esponjas. Esto es un tip más que útil, ya que las brochas difuminan mucho mejor que las esponjas. Lo cierto es que para utilizar estas herramientas necesitas un poco más de habilidad, así que si vas comenzando y te sientes más segura usando esponjas, te recomendamos que no presiones el producto con ella, sino apliques el producto dando toquecitos.