El plano secuencia es uno de los artificios cinematográficos más complicados de lograr, ya que se busca dar la sensación de que en cuanto el director dijo “acción” la cámara no dejó de rodar ni un sólo momento.
Claro que esto es básicamente imposible, sobre todo en producciones inmensas, como Birdman (2014), Victoria (2015) y 1917 (2019), pero lograr ese artificio crea un lazo indisoluble entre los personajes y los espectadores.
En cintas como la de Sam Mendes, era la sensación necesaria para abordar un tema tan recurrente y explorado de tantas maneras a lo largo de la historia, los horrores de la guerra.
Mendes quería contar una historia familiar de su abuelo cuando había estado en las filas del Frente Occidental de la primera Gran Guerra, y desde el inicio quería que el espectador compartiera en tiempo real cada respiro de esos hombres.
El trabajo de Mendes y Deakins ya ha surtido sus efectos, con varios Globos de Oro inesperados recibidos, así como diez nominaciones en los Premios Óscar, de los cuales claramente Mejor cinematografía y Mejor dirección son los claros favoritos.
Deakins fue el encargado de crear la ilusión de un plano secuencia de casi dos horas, el cual es más que admirable si pensamos que toda la cinta fue grabada al aire libre, es decir, estaban a merced del sol, las nubes y las aves. Había días perdidos ya que la última escena rodada había sido en un cielo nublado, y al día siguiente, sólo había un cielo azul.
Lo que narra el director de cinematografía es que a veces tenían tan sólo unos cuantos minutos para seguir la toma. Y el resultado, sin duda, es impecable según los críticos que ya la han visto.
Por su lado, Mendes es un claro favorito como director porque de él dependía que la coreografía de los cientos de personas que trabajaban en 1917 saliera perfecta, para así aprovechar al máximo las oportunidades en las que se podía grabar.
A pesar de que en cuanto a profundidad narrativa y construcción de personajes, Mendes se queda corto, sobre todo al compararlo con sus anteriores trabajos, la realización técnica de 1917 fácilmente podría opacar al resto de aspectos, como ya lo hizo en los Globos de Oro.