Hablar de cine deportivo hecho en nuestro país, la mayoría de las veces giran en producciones alrededor del futbol. Ahora de la mano del realizador Fernando Kalife (7 días, 180º) llega la cinta 108 Costuras, la cual retrata de gran manera el gusto que México tiene por el béisbol. Curiosamente el título de las películas a cargo de Kalife siempre llevan un número.
108 Costuras nos presenta la historia de Mauricio Contreras (José Ángel Bichir) y Reynaldo Bórquez (Kuno Becker), dos niños, con personalidades distintas, que se unen por la pasión a los deportes. Sus lazos se fortalecen día con día, en los que pasan jugando e imaginándose en las Grandes Ligas hasta que consiguen entrar en la academia más prestigiosa de México. Sin embargo, en el camino se enfrentan a situaciones y dificultades que pondrán a prueba su amistad y sus metas, como llegar a la Serie del Caribe y representar a México.
La película nos recuerda a títulos extranjeros que también abordaron esta actividad en sus argumentos, como lo son El Juego de la Fortuna, protagonizada por Brad Pitt o El Campo de los Sueños con Kevin Costner. Sin hacer comparaciones entre unas y otras, se convierte en un gran acierto que ahora sea una cinta mexicana la que aborde el tema, ya que es una práctica que también desata mucha pasión entre los mexicanos.
El filme refresca el tema del béisbol, pero no es necesario ser un aficionado para entender la trama, aunque seguramente sí gustará mucho más a quienes disfruten de este deporte. Como dato curioso, la preproducción de este proyecto inició desde el año 2013 y su estreno estaba programado para el 2016, no obstante, por diversos factores, la cinta se retrasó en su estreno.
Es importante mencionar que la cinta se desarrolla en tres etapas diferentes de sus protagonistas y para cada una de ellas se utilizan actores distintos para dar vida a Reynaldo y Mauricio; en la etapa de la infancia aparecen dos pequeños actores muy carismáticos y aunque su participación es breve, convencen con sus interpretaciones. En la etapa adolescente, los actores a cargo son Juan David Penagos (Mauricio) y David Caro Levy (Reynaldo), dos actores más conocidos por sus proyectos en la pantalla chica, pero que juntos logran una excelente química. A este par se les suma la ex Miss Universo, Ximena Navarrete (de la telenovela La Tempestad), quien hace su debut cinematográfico con el papel de Gaby, la hija de un exigente coach (Antonio de la Vega), de la cual en determinado momento ambos amigos se enamoran. Navarrete convence con una actuación natural y en sintonía con el personaje que tiene a su cargo. Y no podemos dejar de lado la participación del jugador de las Ligas profesionales como el mexico-americano Adrián González “El Titán”, recién contratado por los Mets proveniente Los Ángeles y que se ha convertido en una de las máximas figuras latinas del béisbol; Adrián se interpreta a sí mismo.
Es común hablar de las personas que actúan o dirigen una cinta, poco mencionamos a los encargados de impulsar al cine mexicano, la cual ya no es sólo una tarea de los directores y actores, los empresarios también comienzan a guiñar a esta rama artística desde el apoyo de producción aportando los recursos económicos y patrocinios necesarios para lograr que las historias hechas en México lleguen a la taquilla internacional. Carlos Bremer es uno de los empresarios que no ha dudado en incentivar la creatividad de guionistas, directores y actores para filmar películas que, además de refrescar la cartelera, tengan el potencial para cautivar al espectador y animarlo a seguir sus sueños, como lo hizo anteriormente con la película El juego perfecto, en la que debutó como productor hace poco más de una década. También encontramos a Gastón Pavlovich, productor de cintas como The Professor and the Madman (2019), con Sean Penn y Mel Gibson, guionista en El Estudiante (2009) y productor de uno de los hitos cinematográficos del año, The Irishman de Martin Scorsese, próxima a estrenarse. Esta última es protagonizada por Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, en una cinta que marca el regreso del maestro neoyorquino al cine de gángsters americanos, que ha generado gran expectativa debido a su alto presupuesto y a que mostrará al elenco 30 años más joven a través de CGI (imágenes generadas por computadora).
Esta película apostó a ser filmada en gran parte en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León y algunas escenas tienen lugar en otras ciudades como Guadalajara, Hermosillo, Ciudad de México y Los Ángeles, hablamos de un emotivo largometraje que cumple con sus propósitos y que, sin caer en la obviedad, explora el valor de la amistad, el amor y la perseverancia mediante un ritmo fluido que deja un buen mensaje, en especial acerca de no rendirse ante las metas y los sueños que uno tiene, muy pesar de todas las dificultades que puedan presentarse en el camino. Y si se preguntan el porqué del nombre de esta película, resulta que, en cada bola de béisbol al colocar dos cubiertas de piel en forma de 8, cada una tiene 108 perforaciones a su alrededor, lo que le permitirá ser cosida a la perfección, está costura se realiza con un hilo rojo.